Jorge Gastó
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No hagan tal de concurrir a Varador 2000.
En mi vida profesional JAMÁS me había tocado lidiar con personas así, les cuento un poco la pesadilla que viví gracias a ellos.
Soy propietario de dos yates, un velero de 52 pies y un catamarán de 55. El velero tuvo un accidente y debía repararlo, le pedí a Varador 2000 que me hiciera una cotización de la reparación del yate, lo que hicieron sin problema hasta el momento de entregarla. Posterior a esto, otra empresa me cotizó la reparación, la que era casi un 50% más baja que la hecha por ellos. Ante esto y en todo mi derecho como consumidor, me quedé con la compañía que me cobraba menos, quienes repararon mi velero.
Luego de unas semanas, llevé a Varador 2000 la dinghy de mi catamarán para que le repararan un tubo que estaba dañado y le realizaran la mantención al motor fuera de borda, trasladando el bote personalmente, llegando en nuestro catamarán directo al Varador, la instrucción fue que nos hicieran un presupuesto y recién una vez hecho, veríamos si procedíamos con los trabajos, ya que nos dijeron que no podían hacerlo en ese momento. Aquí parte la pesadilla.
Luego de más de 3 semanas en las que no nos daban el presupuesto, en donde nos decían que el personal se encontraba de vacaciones, nos entregaron un presupuesto bastante elevado, superior a los 2000 euros en donde además le incorporaban la frase "podrán incluirse otros cobros" (solo había que pegar el tubo de la tender y hacerle el mantenimiento al motor), ante esto le consultamos al representante oficial de la marca de nuestro bote por el valor del trabajo, ya que nos parecía excesivo y efectivamente lo era, nos estaban cobrando cerca de un 50% más de lo que valía realmente. Ante esto, procedimos a tomar contacto con Varador 2000 y les pedimos que nos regresaran nuestra embarcación. Frente a nuestra petición, nos manifestaron que para devolverlo debíamos pagarles una suma de $1500 euros por concepto de “estancia y cotización”. Luego de esto requerimos en innumerables ocasiones que nos devolviesen el bote, negándose a ello.
Por lo mencionado anteriormente nos vimos en la obligación de hablar con los abogados especialistas a temas náuticos de Barcelona y aquí nos llevamos una nueva sorpresa, todos nos dijeron que no podían “involucrarse” con estas personas, no dando mayores antecedentes.
Conforme fueron pasando los días, empezaron a enviarnos nuevas facturas pro forma en las que nos cobraban más y más.
Dentro de uno de los muchos mails que les enviamos, nos dicen que nos estaban cobrando, ya que no habíamos reparado el velero con ellos y porque habíamos utilizado su cotización para que otra empresa nos evaluara nuestro barco, es decir esto se había transformado en una especie de venganza, pedimos una reunión telemática o presencial y se negaron indicando que no tenían nada que conversar, que solo les debíamos pagar.
Luego de esto, estuvimos aproximadamente 4 meses intentando hacer gestiones para recuperar nuestro bote, a pesar de que no procedía, les ofrecimos pagarles 1000 euros, lo que no fue aceptado por ellos, insistiendo que había que pagarles el total, cobrándonos además 22 euros por cada día que pasaba.
Considerando que necesitábamos urgente nuestro dinghy, tomamos contacto con ellos una vez más, en donde nos manifestaron que debíamos pagar $2500 euros para recuperar el bote, a lo cual accedimos producto de la desesperación y necesidad de poder contar con nuestra propiedad de regreso, sumado a que cada día que pasaba nos seguían cobrando.
Al concurrir a retirarlo, nos encontramos con una nueva sorpresa,
nos dicen que había que pagar 3064 euros, ya que no estaba incluido el IVA, tuvimos que hacerlo.
El dueño no fue capaz de dar la cara, lo mismo que el ejecutivo que recibió el bote. Mandaron a una persona a cargo de los cobros a interactuar con nosotros, pero esta persona no nos hablaba, sino que le hablaba en catalán a la secretaria para que ella interactuase con nosotros.
Lejos la peor experiencia que he tenido en Europa!